Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Despierto sin una gota de sudor. Despierto relajada y un poco adormilada.

Despierto y mi corazón de otro vuelco,  estoy sobre ti, estás dentro de mi. Te abrazo y tienes cara de paz a pesar de ello.

Anoche fue otro universo, estabas tan hermosa, estabas tan feliz, anoche no importaba nada. Quise decirte que te amaba, no quería que amaneciera y todo el encanto acabara.

Anoche volaste conmigo, anoche fuimos canción,  anoche me dejaste otro hijo en el corazón. Suena masoquista y es que bueno.. Lo soy, soy masoquista y hay un Tigre que es feliz aprovechando ese detalle que lo desata y lo hace sentir felizmente salvaje. Anoche me sentí tuya otra vez, quise decirte de nuevo que soy tuya aunque ya no me quieras tuya. Y mi corazón se arrugó muy fuerte creyendo que ya todo había acabado y que volvíamos a la normalidad tan rápido.  Luego me embestiste y me partiste el útero como si no hubiese mañana y ya no pude pensar, sólo sentía mi cuerpo entero quejarse, morirse, revivir y consumirse en cada uno de tus movimientos. 

Al agarrar mis manos sentí como mi garganta quería demostrar lo que hacías,  la detuve, detuve todo eso que podía amenazar con romper tan preciado momento y entonces te volviste una fiera, una fiera total y me tragaste, te desbordaste de placer y me tragaste en tu ferocidad, me volví nada, suspiré algunas veces, no quería abrir mis ojos, quería sentir todo lo que estaba sucediendo sentirlo sin perderme de nada, tus manos,  King, tu piel hirviendo contra la mía y poco a poco nos derretimos hasta que tu muela le ganó terreno a nuestra danza.

Entonces me diste dos mandatos y mi corazón se hizo tan grande que no cabía. 

No puedo estar con nadie más,  no puedo hacerle caso a nadie más,  no puedo ser yo con nadie más. Tal vez mi vida entera se reduzca a este sexo ocasional,  tal vez conozca otro alguien a quien también pueda amar, aunque lo dudo, pero todo puede suceder. Sin embargo,  hay cosas de mi que aunque ella ya ni quiera, son suyas. Mi voluntad,  mis ganas de hacer todo lo que me pida, mis ganas de abrazarla, de sentirla, de amarla. Son todas suyas. Estoy enfocada,  no estoy perdida, solo sé que mi realidad es esta así como la de ella es otra realidad mucho más distinta. 

Me relajo, respiro profundo sintiendo tu olor pasar y vuelvo a conciliar el sueño sabiendo que la próxima vez que abra los ojos ya no estarás.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario