Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

sábado, 25 de abril de 2020

Mar cálido

Es como nadar en el mar, la marea sube y baja, el aire azota su superficie y la tierra puede hacer que se vuelva una ola gigante.

Es como un barco naufragado el que tengo en mis entrañas, moviéndose al son de la tormenta, y preguntándose cuándo va a llegar al ojo. No quiero llegar a tu ojo cuando la tormenta me abraza, el mástil es mi guía y el timón son mis pies.

Siento como la oscuridad y el calor me ensordece cada centímetro y siento como si mi alma se sintonizara y se calmara con cada azote del aire, es como renacer, no quiero correr, no quiero escapar, quiero hundirme hasta dejar de respirar.

El mar está caliente, es de noche y absorbe de la tierra, yo me absorbo en esta tierra y me devano en este sentimiento de emoción y locura que me lleva y me trae como juguete a la deriva, como cadenas de ancla, como banderas en el espacio, como si el tiempo no parara.

Te respiro ese olor ligero a lluvia y playa y me llenas los pulmones de oxígeno, el estómago de sismos, el vientre de locuras y las canciones nublan, porque la necesidad me invade y el celo me contrae, la historia de un animal salvaje que me desgarra y se adueña de mi vientre como si fuera el manjar de un Dios y un asesino serial.

Se me desmontan los sueños que se me vuelven realidad, salpicados de salitre, cuando caigo en proa y miro el infinito de tu mirar.