Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

domingo, 3 de junio de 2012

Un Amor Cósmico.

 No hay mucho que decir, solo camino por las calles de la luna que hoy tiene ganas de hacernos felices.
 Iba caminando el Cielo por el telón negro, sin prisa entre asteroides y sobre todo sin rumbo; se preguntaba qué de nuevo le pediría a su padre Neptuno. El Cielo miraba el infinito con ganas de ir a su fin buscando su comienzo y entre flores y lamentos encontró aromas de venus que le guiaron sin rumbo y chocaron sin previo aviso con una estrella poco titilante y tranquila.

-Hola- Dijo el Cielo sonriente.
-Hola.. - Dijo la Estrella extrañada.
-¿Cómo estás?-.
-Diremos que bien. ¿Y Tu?-.
-Bien-.

 Su sonrisa deslumbraba, pensó la Estrella, ¿qué habrá en ese Cielo que produzca tanta curiosidad?. Sin darse cuenta y sin saberlo, la estrella tomo mayor brillo, no sabía que ante la curiosidad de algo tan especial, su luz llegaría un poco más lejos. El Cielo se encantó de esto y sin previo aviso dejó que le iluminase, anduvieron por la luna hablando de la historia del universo, lleno de cuerdas y acordes. Pasaron las noches y el Cielo ya era un amante oportuno de la Estrella, aunque la Estrella estaba un poco confundida, pero de una gran cierta forma le correspondía.
 Durante un mes pasaron altibajos, lentos, constantes, difíciles de afrontar, muchas dudas e incertidumbres, pero lo lograron superar. Llegó un momento en que la luna y su traslación iban a un ritmo más lento y aun más pacífico de lo normal, su gobierno dictaminaba unas vacaciones. Durante cuatro rotaciones hablaron sin cesar, la Estrella quedaba más encantada y el Cielo no dejaba de brillar a su lado. Al comienzo de la cuarta rotación, el Cielo decidió hablar con la Estrella.

-*Risas*-.
-*Risas*-.
-¿Sabías que eres muy especial para mi, verdad? - Dijo el Cielo con con los nervios en cada sílaba.
-Sí- Dijo la Estrella con alegría.
-¿Sabías que te quiero mucho? -.
-Sí, yo también te quiero muchísimo- Dijo la Estrella con énfasis.

 La Estrella no tenía previsto lo que seguía, cuando desesperadamente y casi vomitando las palabras dijo:

-¿Quieres hacerme brillar por el resto de nuestras existencias?-.

 La Estrella se quedó paralizada ante esa pregunta y su mente mecanizó muchas cosas, aunque desde mucho sabía que eso era lo que quería, era difícil darse cuenta de que también el Cielo lo quería. Luego del paso de algunos asteroides, la Estrella, pacíficamente y con alegría dijo:

-Sí, sí quiero. ¿Por qué no?- Dijo esta ultima pregunta, imaginándose un futuro cercano al lado de su Cielo.

 Desde entonces cada traslación que hubo entre el Cielo y su estrella, hubo vida, alegrías, sonrisas y felicidades, ganas de seguir adelante y la oportunidad de no acabar nunca.
 Desde entonces cada Tres traslaciones y Cuarto rotaciones el Cielo y su Estrella celebran el paso del tiempo sin olvidar nunca este pasado tan presente.
 Y hoy después de tantas noches, se celebra como si hubiese sido solo ayer.
 La Estrella brilla como el sol, solo al escuchar el nombre de su Cielo amado y el Cielo no deja de sonreír y pensar en su estrella.
 Mientras tanto a su alrededor la Luna y el Universo les envidia como si fuese el único amor más perfecto de la historia.
 No hay mucho que decir, solo camino por las calles de la luna que hoy tiene ganas de hacernos felices.