Estoy volando entre rejas demasiado amplias.

Me siento un aire que no traspasa.

No tengo que desear que estés bien, vos siempre estás bien.

Sólo me taladra la cabeza.

No sé qué acaba de pasar, pero se me acaban de volar los sentidos, el pecho se me ha hundido y mis escalofríos tuvieron nombre por un segundo.

No tengo idea de qué acaba de pasar, pero no tengo aire.

Un taladro en el camino

Está completamente decidida, pero no estoy segura de a que:

1. A romperme la decisión.
2. A ver si realmente le aguanto el látigo.

Se ríe, se burla, una y otra vez, lanza una piedra, lanza la otra y otra más, poco a poco lanza y lanza más piedras, intenta romper el vidrio blindado a punta de piedras, cada vez con más fuerza o no sé si yo soy más débil cada vez y las veo más fuertes.

Respiro profundo, cuento hasta diez, por suerte estará ausente y yo volveré a ocuparme. A veces no me gusta que mi mente se desvíe sólo un poco, me siento en lo incorrecto cada vez que pasa, me gustaría que todas las vías del tren tuviesen dos respectivas paredes a lo largo del camino, que sean infinitas, que no haya espacio para que se descarrile.

Tengo el corazón acelerado, tengo una sonrisa en mi mente y en mi pecho.

Una de las cosas que más me han perturbado es mi completa incapacidad de negarme a tú fuerza cuando te propones a ejercerla.

Lo gracioso es que ahora, aunque difícil puedo realizarlo. Siento una dicha y un poder enorme sobre mi misma. Me siento fuerte, me siento ágil. Me siento libre.

Aunque en lo más profundo siempre hayan cadenas, no importa. No importa que las haya, trataré de asumir su inexistencia. Siempre he sido una persona rebelde, quizás no tanto como sus cadenas lo fueron cuando les estaba dando forma, pero lo fui. Sentirme rebelde después de tanto tiempo, sentir que puedo luchar contra eso, sentir que por momentos logro que la cerradura no calce con tu llave, es algo que me llena de dicha. Me siento orgullosa de mi misma.

No creo jamás volver a entregar una llave que se asemeje, de hecho, no creo volver a entregar alguna vez una llave. Un día quizás tome la valentía y funda la cerradura con el mismo fuego que me anida el pecho. 

Quizás un día simplemente cambie la cerradura. No importa, yo siempre he sido leal, demasiado leal, he cometido errores, miles, mi cuerpo y mente pueden traicionarme, me traicionan por no tener control suficiente. Qué mejor ejercicio para tomar control que enfrentar a la mano como hierro que puede aprisionarme hasta los sentidos.

Es una dicha, es un paso, es eufórico, como todo en mi vida en este momento.

"Déjame pasarte otra, quiero enamorarte."

Cuando crees que viejas costumbres se han olvidado, como hablar con uno de tus grandes y viejos amigos sobre música, y de repente como en los viejos tiempos se empeña en meterte música entre los ojos... Eso es algo irreemplazable, es algo que impulsa, es algo que provoca, que llena, que da vida. Recordar viejos tiempos es muy lindo.

Vivir viejos tiempos es lindo.

Tengo esa sensación de pérdida y de vacío cada vez que te leo.

No quiero esas sensaciones.

Quiero todo lo que me llena.

Te amo tanto que duele, en este momento estás feliz y tranquila. Me toca a mi.

Ayer.

Recuerdo cómo caminaba con la frente en alto, recuerdo como sentía la brisa chocar suavemente contra mi rostro y mis brazos, también como el sol picaba y se enternecía en mi piel.

Recuerdo la sensación de las cuerdas en mis dedos, recuerdo la sensación d elos engranajes de mi muñeca calientes y expuestos a la más increíble y fascinante velocidad.

Recuerdo como mi pecho se hinchaba, cómo la idea me llenaba. Recuerdo todo perfectamente, cada sensación.

Siento como me reencuentro a mi misma otra vez, cómo cada una de mis pasiones vuelve con una fuerza arrolladora, como si hubiesen esperado este momento para volver, para decirme que me estaban esperando.

Senti tanto en dos días, que mi vida ha dado un vuelco. He encontrado mi horizonte, por fin sin ayuda, sin ataduras, sin dependencias.

Por fin el fractal ha vuelto a su infinito pero desordenado ciclo, por fin el universo vuelve a ser universo a mi alrededor.

Cada día es mejor que el anterior.

No me gusta soñar contigo.

Aire

Hoy por fin un ciclo se cierre.

Y otro más bonito, más libre, más oxigenado y más vívido se abre.

Hoy es 3 de febrero y hoy mi vida se parte en dos, dejando atrás lo malo y atrapando todo lo bueno.

No hay cosa más hermosa que caminar sin nada en las manos y mucho aire en los pulmones, es divino sentir el sol en la piel desnuda, que te caliente y sea lo único que deba calentarte y hacerte seguir adelante.

Decisiones duras, pero eficaces.

Hoy he decidido desprenderme de aspectos de mi que no quiero que aparezcan más.

Hoy he decidido que hay cosas que jamás volverán a suceder.

Hoy he dedicido que no hay más que dar.

Hoy soy alguien mejor.