Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

domingo, 21 de febrero de 2021

Brillo

 Por alguna razón siempre lo supe.

Desde el primer día, fue como si algo me hubiese empujado a ese lugar que hace tanto no pisaba, ni tenía interés de pisar. 

No importa la hora o el día, siempre estábamos, tarde o temprano. 

Hasta que la ví, la ví. Estaba nerviosa, con frío, veía mis botas constantemente preguntándome si estaría bien. Ella llegó unos minutos después haciendo bromas inmediatamente, como si nos conociéramos hace mucho. Todo era cómodo, me gustan mucho sus patitas de gallo cuando sonríe, pero sus ojos no brillaban, ocultaba tristeza. 

Me dió galletas, café y caminata mientras miraba su pelo y me preguntaba qué le habría pasado. 

Recuerdo la primera vez que se echó un producto natural en el cabello. Podía imaginar su sonrisa mientras escribía: "Siento el olor de mi cabello". Eché una gran carcajada ese día. 

Todo se dió tan sencillo como respirar, como si siempre hubiésemos sabido, lo demostrábamos con miedos, peleas pequeñas, con cenas, amaneceres y sonrisas ocultas por cosas que no entendíamos. 

Hoy miro el cielo, respiro y es como si hubiese dado un salto cuántico, no soy la misma de hace seis meses. Mi vida, mis pensamientos, metas y caminos han crecido a una velocidad enorme. Su presencia me ha hecho valorar mi presente, vivirlo, respirarlo y dejar que el mundo avance como él sabe hacerlo. Así mismo como el mundo fluye, nuestra vida en conjunto y por separado poco a poco se vuelve luz y más luz. 

Sus ojos brillan casi siempre, su corazón suena como un tambor barloventeño cuando me hace el amor, sus manos me sostienen cuando pierdo la visión del presente y su voz es música. 

No sé si hago lo mismo por ella como su existencia hace tanto por mi, pero quiero retribuirlo por el resto de nuestros presentes hasta hacernos plantas verdes y brillantes en el edén.