Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

lunes, 27 de julio de 2020

Me imagino en su casa, la imagino mirándome mientras le cuento tonterías, la imagino acercándose sin poder detener el deseo arrollador, la imagino besándome y yo sintiendo corrientazos. La imagino y me parece atroz que me la esté imaginando.

jueves, 18 de junio de 2020

Me frustra mucho todo esto, me frustra. Quisiera no ser tan idiota, quisiera pensar menos, imaginar menos cosas. Qué rayos debo hacer para detener mi pendejo cerebro, encargado de hacerme pensar hasta en la más mínima cosa que dice o hace...

Por qué sigo sin tenerla otra noche... Por qué.

lunes, 8 de junio de 2020

Un sentido

No me considero una persona especialmente romántica, básicamente porque para mi el romanticismo se basa en un concepto común y social de rosas, chocolates, peluches y cartas con papel rosado.

Sin embargo muchas personas piensan que sí soy romántica porque considero que un sentimiento es grande cuando te calienta el corazón, la entrepierna y los sueños... Cuando te hace mirar al horizonte, te impulsa y batalla contigo.

Decidí no irme cuando me di cuenta que quería hacer todas esas cosas y estaba apunto de no intentarlo. Decidí no irme cuando hicimos el amor y te sentí de nuevo tan cerca, casi sentía tu toque.

Respirar, jadear, sentir corrientazos inimaginables, saber que no importa qué ni cuando, logras el objetivo de volarme en universos lejanos y dimensiones no imaginadas. La conexión que existe entre tu cuerpo y el mío me está matando, imaginarte entre choques de células y mi corazón botando energía y uniéndose con el tuyo como imanes a fuego y la lava recorriendo mi piel y la humedad evaporándose y flotamos, porque nada importa, flotamos en el espacio, sin oxígeno ni tiempo, con el tiempo infinito y nosotras siendo canción, fuego, aire, desastre, orden, locura y todo con el corazón, el cuerpo y el alma.

miércoles, 27 de mayo de 2020

No debió decirme eso. 

Aunque no lo quise, aunque traté de evitarlo, se me cayó el mundo al suelo y me di cuenta que estoy haciéndolo todo mal y sí, es mi propio mérito, pero lo estoy haciendo todo mal. 

Esta será la última vez que escribo en tu nombre, no puedo seguir así, no pueden pasar años y yo seguir así, esto está muy mal. 
No pude evitarlo, era una sensación que me halaba, como una cuerda amarrada a mi alma.

Me siento entregada, me siento hecha canción y locura, me siento hecha agua y hielo y piedra y tierra.

Me siento magna cayendo por tu piel y mis poros se hacen canción con tu mirada. Mi vida está llena de altibajos, de cosas raras, de tomares y dares y me tienes y me sueltas y me llevas y me traes.

Como un bosque tupido buscas de tumbarme a tu vera entre ramas y vida, verde, luminosa y cálida.

Me hago agua y fuego y tierra y aire, me hago todo y nada, cuando escucho tu risa, tu respirar y tus sueños más vivos.

Ser paciente no es mi mayor virtud, no lo es,  pero deseo que mi paciencia se vuelva mar y universo cuando se trate de ti, espero no traicionarme a mi misma, espero sacarte sonrisas y brillo en tus ojos, cada noche y cada mañana.

sábado, 25 de abril de 2020

Mar cálido

Es como nadar en el mar, la marea sube y baja, el aire azota su superficie y la tierra puede hacer que se vuelva una ola gigante.

Es como un barco naufragado el que tengo en mis entrañas, moviéndose al son de la tormenta, y preguntándose cuándo va a llegar al ojo. No quiero llegar a tu ojo cuando la tormenta me abraza, el mástil es mi guía y el timón son mis pies.

Siento como la oscuridad y el calor me ensordece cada centímetro y siento como si mi alma se sintonizara y se calmara con cada azote del aire, es como renacer, no quiero correr, no quiero escapar, quiero hundirme hasta dejar de respirar.

El mar está caliente, es de noche y absorbe de la tierra, yo me absorbo en esta tierra y me devano en este sentimiento de emoción y locura que me lleva y me trae como juguete a la deriva, como cadenas de ancla, como banderas en el espacio, como si el tiempo no parara.

Te respiro ese olor ligero a lluvia y playa y me llenas los pulmones de oxígeno, el estómago de sismos, el vientre de locuras y las canciones nublan, porque la necesidad me invade y el celo me contrae, la historia de un animal salvaje que me desgarra y se adueña de mi vientre como si fuera el manjar de un Dios y un asesino serial.

Se me desmontan los sueños que se me vuelven realidad, salpicados de salitre, cuando caigo en proa y miro el infinito de tu mirar.

sábado, 14 de marzo de 2020

Contigo el tiempo se comporta de manera extraña, siento que estás tan lejos y tan cerca, siento que han pasado décadas o minutos, te siento al inicio del pentagrama y de repente al final.

Cada vez que tus entrañas se sumergen en las mías, el corazón palpita como la luz de saturno. Te veo en cada atardecer y te imagino sumergida al mar, nadando, observando el atardecer, te imagino sumergiéndote en mi, nadando y observándome como si fuese lo mismo que observas cada vez que vas a la playa.

Mi aura se pone roja, siento como mi razón ya no es razón, sólo existencia material, dispersa en el universo de tu mirada. Respiro profundo y te imagino armando y destruyendo el mundo junto a mi, eres mi Shiva y yo tu Kali y destruimos y recreamos el mundo cada noche y cada día en este azúl del cielo, bajo la luna, bajo la brisa e incluso bajo la lluvia.

¿Qué nos pasa? Siento como el corazón me vibra, te mueves tan sólo un poco y siento como si mi cuerpo se convirtiese en esas aguas en cierta calma, que se mueven y se mueven lentamente subiendo y bajando, subiendo y bajando como mi sangre y tu respiración.

Me pregunto por qué he sentido estas ganas desenfrenadas de gritarle a tu universo que el mío se resquebraja y se arma cada vez que me tocas, cada vez que me miras y me llevas a lo más alto con un movimiento corto y sin respiro, como si el aire tocara la hoja sólo un poco.

Mis extremidades se separan y me vuelvo nada mientras suena la música al fondo obligándome a nadar contigo, obligándome a sentirte tan agradable, tan animal, tan salvaje, como la tierra.

Te respiro y se me viene a la mente el olor de la tierra mojada y me satisfago imaginándote, cada segundo.

Te siento como agua en la garganta, como oxígeno en los pulmones, como impulsos en las dendritas. Me retuerzo con un grito en mi cabeza y me vuelvo nada mientras se me sale el corazón entre las palmas.

Qué me has hecho, que disfruto la desesperación, la locura, el insomnio, las ojeras, la eficiencia, la mirada cautelosa y la sobreprotección.

Cuántas veces más me tomarás como rehén mientras mi deseo sea tan profundo como el tuyo de tomarme. ¿Cuánto más?

Me hundo y me destrozo la cordura, tengo fuego bajo la piel, tengo fuego bajo tu boca, tengo fuego en el astro Rey y en las olas.

lunes, 9 de marzo de 2020

Vicio

Cuando llevo planteadas metas de paz y tranquilidad, se me acerca la tormenta, me revuelve, me moja, me electrocuta y revivo como nunca antes.

Es extraño, es difícil, me duele cada pared, me nubla el juicio... Tengo mariposas en el vientre que me revuelven los simientos, mi vida se ha vuelto trabajo y bebida, es como si le pintaras colores al paisaje, porque ahora pienso en ti, en cuan grande eres y me llenas, me siento volando entre libros de biblioteca, donde el orden cronológico no se hace esperar y estoy apunto de partir mis paredes en mil pedazos, porque tu eres más grande que esto.

Te he buscado y no te he encontrado, te busco en las miles de caras, en los miles de 'hola', te busco entre tu galaxia y la mía, pero sé  que no estás en ninguna de las dos.

Duele, cada segundo duele, es como volver a nacer, como empujar las paredes y esperar  ver la luz otra vez.

Me desespero por respirarte y me agarro a tu cuello respirandote con la excusa de un poco de ayuda.

Mi espalda  está recta y duele, duele a los mil y un demonios tenerte tan  cerca.

Me pides, me pides como si pudiera decirte que no,  como si mi alma ya no estuviese completamente entregada.

Remontas el everest y haces puentin en mis nalgas, llegas hasta el agua y me quedo temblando, absorta, con lunares en mi vista y visiones en mi espalda.

Remonté la luna y volvía a bajar y ahora el vicio del alcohol parece demasiado atractivo para dejar.

El taladro comienza su camino destruyendo el concreto y mi mundo da vuelcos con cada salto, me sobrepasa el dolor, tiemblo como la tierra que piso y pierdo segundos de conocimiento al sentirte.

La boca me sabe salada, creo que me he roto el labio intentando no deshacerme, creo que me has roto lo que más querías romperme y no puedo dejar de jadear y retorcerme de agradecimiento.

Subo a la punta del everest y me quedo mirando el universo, buscándote. Pasa una estrella fugaz, choca contra mi y me bombea el alma.