Ese momento perfecto, ese momento palpitante en mi pecho, en mi alma.
Mi cuerpo entero vibra y se calienta como un sol cada vez que recuerdo ese momento en que parecía haber terminado y volviste a embestir con más fuerza, destruyendome.
Mi alma se llena recordando cómo compartía tú mañana, como te miraba dormir, como por fin acariciaba tu brazo, sentía tu olor.
Tan abrupto como un disparo terminó, pero nunca me canso de que aprietes el gatillo.
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