Tengo ese sentimiento en el pecho que me vigoriza, tengo tu esencia en mis oídos al caminar.
Con eso ya es suficiente, aprendí a querer lo mejor que me quedó de ti, mi sentimiento y tú esencia. Me lleno de paz, me lleno de sonrisas incluso cuando no estás, me es suficiente para volar.
No quiero obligarme a subir más, a terminar en el espacio sideral sin el traje apropiado de tu presencia.
Es mi manera, sólo sé que te sigo amando como el primer día y mientras mis días se han vuelto tan pesados yo sólo abrazo ese sentimiento como si mi vida dependiera de ello. Si vuelve o no vuelve es su decisión. Yo siempre estaré ahí y mi corazón siempre se acelerará cuando te recuerde.
Y mi cabeza siempre será eso que espera y no espera, que fluye y se estanca, que se congela y se prende en fuego, ese que estás pero no estás. Eso que ya había comenzado a manejar.
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