Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Sí,  fui tonta.  Idiota. Tenía tanto miedo de volver a caer en el desespero que intentaste asegurar algo en tu mente que descubriste que no era cierto. Tanto esforzarte para destruir todo en un instante.
Darlo todo cuando pudiste, no lo hiciste y ahora quitas, ¿No te es suficiente?  Ya bastantes daños habías hecho y vas y haces otro, el peor de todos. Con razones que por supuesto no tendrán lógica para nadie, sólo para ti, porque eres tú la única que entiende y sabe la agonía que viviste por depender. Y no lo quiere entender, no quiere entender que aguantaste tantas cosas que aunque ella sabía que no era tu culpa, debiste y quisiste aguantar. No quiere entender que después de tanto no sabías que debías aguantar y no quisiste hacerlo.  Suena egoísta,  siempre has sido egoísta cuando menos te lo esperas, pero nunca en posición de dañarla. No entiende el gran terror que sentías pensando que se había acabado. Que su cariño no era más que eso, que nunca recibirías algo más,  una caricia, un beso o el honor de abrazarla, de estar cerca de ella. ¿Serás la única que siente estas cosas? Esta desesperación, este ahogo, este desasosiego. Siento que son situaciones separadas, siento que aunque no debí hacerlo, merezco una consideración de lo que digo, merezco un momento para pensar con calma y entender que tome una mala decisión pero por no conocer todo el panorama, no por hacerlo y ya. ¿Qué acaso ella no ha tomado malas decisiones jamás? ¿Qué acaso ella jamás ha hecho cosas equivocas por no saber que algo sucedía?  ¿Después de casi una semana se vino a dar cuenta que estaba rara y soy yo la que paga por ello? ¿Por desesperarme y sentir miedo? Se que no eres lo que fuiste pero en muchas cosas yo no sé quien eres y jamás jamás jamás hubiese hecho esto de haber sabido que aún el vínculo existía. No tienes la menor idea del terror y el dolor del último rechazo. Cómo iba a pensar que era por otras cosas si no me lo dijiste, siempre fui tuya. Siempre pudiste hablar conmigo de todos tus problemas y sin embargo no lo hiciste, no puedes entender que sentía que me habías botado, tal vez desde que todo este huracán tu dejaste de ser mía porque no querías serlo, pero yo fui tuya siempre. Me entraba tanta nostalgia trabajar y poner tu lista de música.  Quería tanto decirte que todos los días te escuchaba en un audífono.  Escuchaba lo que te representaba pero ya no te escuchaba a ti, estabas llena de tantos silencios para mi, que yo ya no sabía nada. Intenté convencerme de que eran tonterías mías las dos primeras veces intenté decirme que era sólo un castigo o algo que disfrutabas, ni siquiera mis te amo respondías, ya no sabía ni siquiera si había algo en ti, el último rechazo fue simplemente agónico,  creí que había terminado y necesite entender que no dependía de ti, no podía caer en ese hoyo  de desesperación tan profundo otra vez. Dios que ganas de verte. Qué ganas de escucharte. A veces mi reproductor saltaba a tus voice y me generab tanta desesperación. Cómo pude haber sabido,  debí aguantar otra vez, pero ni siquiera sabía que debía aguantar nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario