Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Divagando

Una sonrisa se asoma en la comisura de mis labios al ver que me hablas, más cuando te acuestas a mi lado. Mi cuerpo te ha llamado a gritos toda la noche y mi calma me sorprendió muchísimo, esta nueva faceta más relajada de cierta forma me hace bien.
Siento una corriente eléctrica que me inunda todo sentido, me estremezco enormemente,  mi piel está totalmente erizada. Me siento prisionera de King como nunca antes, siento su fuerza inundarme. Intento concentrarme, a penas tengo conciencia de lo que escribo. Tú aliento me quema la piel, tiemblo por completo al sentirla, el corazón se me va a salir, qué calor tan infernal hace, qué rayos le pasa a Caracas. Necesito brisa, esa brisa que mi cuerpo tan romántico le encanta y lo relaja. Intento relajarme, respiro profundo muchas veces mientras mi mente se siente anestesiada. Cómo me encantaría sentir tus manos en mi piel, esas manos tocando y recorriendolo todo, esas manos que vuelven a mi cuerpo una dinamita a nada de explotar. Hace tanto no escribía de esta forma, qué honor,  qué dicha, qué increíble,  es sublime.
Me pesan los ojos, no quiero tenerlos abiertos, estoy recibiendo algo que quiero sentir hace tanto y estoy obligada a experimentarlo moviendo los dedos por la suavidad del teclado intentando mantenr la mayor concentración del universo.

Me siento en un mundo paralelo, mi cuerpo está extasiado ante tu peresencia, mi cama está a punto de tomar vida propia y demostrar felicidad por tenerte en ella.
Por tan sólo unos segundos mi cielo da paso a las constelaciones y anula las nubes. Puedo ver las estrellas a mi alrededor, a tu alrededor. Puedo ver como las plantas tienen ganas de crecer.
Me desespero, muerdo mi labio inconscientemente. Me quema. Me quema todo. Quiero llegar a Orion y volver sólo contigo, quiero que Osiris sea nuestro cómplice y la vía lactea nuestra cena. Me tiembla el cuerpo,  mi respiración ya un poco más calmada se vuelve un caballo al galope,  mis oídos se bloquean ante esa música asquerosa de fondo y se centra en tu melodiosa y acompasada respiración. Mi cuerpo duele de placer.
Mi desesperación me está pasando, un grito se aloja en mi garganta y se choca contra un nudo que me desbarata el sentir,  mis ojos se inundan. No sé qué siento,  placer,  dolor, felicidad, incertidumbre. Quiero que me tomes, quiero que me sientas tuya, borra esas locuras, soy suya. En cuerpo y alma, no importa lo que pase siempre seré suya.
Quiero darle todo. Ese tigre domando cada sentir,  dictando cada acción. El tigre de mi vida, rozando su piel sobre la mía. Es un sueño que se me ha vuelto realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario