Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Quiero escribirte. Ha sido un día fatal, un día completamente fatal. Mis rodillas duelen, mi espalda, mi cabeza. Estoy cansada, pero no puedo dormir. Quiero escribirte, pero no sé si es lo correcto,  siento que debo darte espacio,  aunque no me lo has pedido pero siempre me has dicho cuando necesitas espacio, pero no sé si es evidente. 
Estoy llena de peros y de indecisiones, se me caen los parpados mientras mi pecho se retuerce. Aún así sé que no es la hora de dormir. Mi cuerpo no me deja, mi mente tampoco. 
Si te escribo, ¿Qué te puedo decir? Siento que preguntarte "Cómo estás" es muy indignante y siento que preguntarte "qué hiciste" no merece respuesta para mi. 
Quizás soy pesimista, no sé si seguir estas ganas sea la mejor opción,  pero aguantar no escribirte también me está matando. 
Además, ¿Qué podemos hablar? Soy esa coma incómoda en una división. Mi pecho quiere gritarte que te ama. ¿Por qué no dejé que lo hiciera antes de todo esto? Estoy llena de traición. Me doy asco. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario