Ese cabello largo, esos ojos marrones claros como la miel, tu tez crema ligeramente morena, tu tono de voz al cantar que me lleva al extenso universo y me hace regresar, el olor a rosas y fresas de tu cabello y ese ‘siempre contigo’ que me hace suspirar, que hace que mi corazón de un vuelco y empiece a trotar.
Ese tu que cada segundo mi mente recuerda, ese tu que siempre me hace feliz. Que hace que tus lagrimas en mi regazo me hagan odiar el mundo por hacerte sufrir mientras yo te pudiese hacer feliz o esas sonrisas, esas carcajadas que siempre compartes conmigo por esas personas que como quisiera yo, te hacen feliz, a quienes les agradezco tanto que te hagan sonreír de la manera en que yo nunca podré.
Eres como el Depp posible, pero el mejor amigo imposible. Eres flor de sol, sentimiento de universo, pasión de campos y agua de ánimos. Y cuando la noche llega todo esto se va con el día y llegas a ser luz de luna, tormentas de agonía, sombras de inciertos y nubes grises de lamentos.
Tus palabras son amen para mis acciones, no hay día, no hay noche en la que yo no me pregunte cuales son tus palabras en este nuevo acontecimiento. A veces tus palabras no dicen nada, a veces tus palabras lo dicen todo, a veces tus palabras son simplemente eso, tuyas.
Nuestros mundos son tan completamente paralelos, tan distantes y diferentes que mi mente se ahoga en preguntas del por qué eres tan perfecta que me haces suspirar solo con pensarte. Mi corazón se ahoga en aceptación y te ama sin compasión, te espera sin impaciencia, y no busca por que ya encontró.
Me pregunto yo después de describirte con tanta pasión, por que debo de escribirte a ti y no a la persona correcta, ¿por qué tu mi bella doncella? Si eres parte de mi lienzo morado de amigos leales y confiables.
¿Por qué vos mi mariposa negra y sonante?
¿Por qué vos talentosa y bella venus de ángel?
¿Por qué vos?
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