Alma de filósofa, mente de escritora, pensamientos de poeta y un destino plasmado en letras.

domingo, 1 de octubre de 2017

1/10/2017

Se acerca mi cumpleaños. Esta no es la razón por la que he comenzado este largo escrito, pero es lo que ha venido a mi cabeza al tocar mi viejo portaminas y el primer cuaderno que encontré a mi paso.

Hoy decidí leernos desde el principio, quería que mis recuerdos no fuesen tan lejanos, quería recordar la pasión.
La principal diferencia es que no me escribes igual, hace mucho ese coqueteo no está, aunque salió algo de él en tu último viaje, pero sólo eso.
Yo tampoco te escribo igual, ni siquiera te hablo igual, esa voz de coqueteo y placer absoluto ya no está.
Hace mucho no te escucho, recuerdo que mencionabas que no era tan fácil para ti volver a hablar, sin embargo lo intentaste e incluso dos veces me llamaste.
Creo que nunca tuve tanta dicha y tantas sonrisas desde hace meses, la comodidad, como te acostaste a mi lado y sólo me observabas dormir, recordar esos momentos que tú y yo estábamos llenas de sonrisas trae una sonrisa enorme a mi boca y mi pecho. Leer ese inicio me hace sentir que sigues siendo para mi y yo para ti, aunque aún quizás esta pertenencia no sepamos manejarla.

Sigo leyendo...

"Perdedor encantadora..."¿Hace cúanto no nos decimos cosas tontas y bonitas? Te mereces esas enormes sonrisas que se sentían en cada línea.
Desde casi el principio dormiste a mi lado, aunque nunca bailamos, desde el incio bailaste conmigo.

Sigo leyendo...

¿Podrías creerme si te digo que estoy riendo y riendo de emoción?

Sigo leyendo...

Oh... Recordé que aún no leo la historia completa de Rusia, qué bonito es leer tantas cosas que he dejado postergadas debido a otras que apremian.
Retomar pasiones.

Sigo leyendo...

Te reías tanto, ya no ríes tan amenudo.
Cada vez que leo cambio de fecha me siento en una película, nuestra película.
La primera foto de la luna que me mandaste es hermosa, aún la observo y me nublo de dicha.
La primera vez que vi una parte de tu cuerpo sentí una emoción que no puedo describir. Estabas insolada, tú hombro, tú brazo y tu cuello asomaban a la cámara con fuerza, fue la primera vez que mis pensamientos se desviaron totalmente sin vergüenza alguna.

Sigo leyendo...

Es un poco irónico que en estos momentos no recuerdes que a los días de conocerte mis expresiones en muchos aspectos ya eran como las tuyas. Curioso.

Sigo leyendo...

Me pregunto si la primera vez que te quitaste la ramera teniendome a centímetros de ti, realmente fue con inocencia. Desde ese día el fuego comenzó.
Es curiosa la manera en que cortamos todo y nos fuimos a dormir. ¿Habrá sido vergüenza?

Sigo leyendo...

Increíble como mis ganas de tenerte provocaron una foto rápida de la luna y unas apremiantes manos frías en tu espalda. Mi corazón ya toma ritmos frenéticos.
Qué absurdas las ganas, qué absurdo e imposible el placer que esa primera vez me dió y que añun la última vez sentí como si el tiempo no hubiese pasado y esa pasión y ese amor no tuviesen ganas de desvanecerse. Yo tampoco tengo ganas de que ocurra.

Sigo leyendo...

Me río muy graciosameten por aquella vez que te detuve al haberle enviado ese mensaje a mi hermana. Creo que me odiaste.
Tú abdomen es algo que me enloquece, me encantaría verlo de nuevo. ¿Será que algún día querrás que lo vea de nuevo?

Sigo leyendo...

Tus escondidos cabellos rubios son preciosos.
La primera vez que sentí tu cinto en mi espalda estaba tan deslumbrada, nunca creí encontrarte.


Tomaré una pausa en la lectura porque es tanta la paz que profesa nuestro cariño que simplemente quiero dormir un rato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario