"La vida son saltos, positivos o negativos". Eso me dijo hablando de Neurolingüística y me tenía ahí, con la sangre pegando carreras y los ojos en vela.
Me siento subiendo y bajando como la lectura de un Holter, como las cuerdas de mi guitarra, como mis pies al caminar y mis pulmones al respirar.
Es como si volviera a nacer, es como si volviera a ver. No tiene ni la más remota idea de cómo me ha desbaratado el mal tejido que he hecho en años y de repente se entreteje sola como si mandara sobre el hilo, como una máquina de coser automática.
Me está matando, me está reviviendo, me mata cada 0:30 hrs cuando se va y me revive cada 22hrs con un "Hola". Me despedaza y me vuelve a armar cada día y cada día quedo mejor armada que el anterior.
Como apretando tornillos en mi placa, se pasea por mi mente, me descoloca, me acelera, me pausa, me desespera, me sofoca y me oxigena.
Existe este sentimiento, realmente lo estoy sintiendo, ¿Eres real? Me erizas los cimientos, me revuelves el pecho y sabe mejor que mil canciones.
Quiero convertirte en la canción que baile cada día por mi piel, quiero llevarte en mi pecho y volar por el universo, hacerte ver como yo veo.
Locuras en mis deseos, colores y olores inundándome la atención. Mi existencia parece estar viciosa de ti.
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