Hoy mi cabeza está contigo, no sé por qué.  Por fin decidí dormir toda la noche en mi cuarto y no pensar demasiado en el cómodo sofá.  Dormí bien a pesar de todo, como todo animal poco a poco me adapto. Hoy desperté con el impulso de hablarte, pero ¿Será correcto?  Mi yo interno piensa que el espacio es relativo igual que el tiempo y esa relatividad en este momento parece depender más de ti que de mi, pero no estoy segura de ello. Ayer tomé un cigarrillo por primera vez en meses, lo tomé porque vi también por primera vez en años una imagen en el cielo que se prestaba para una fotografía. Hace mucho no veía arte a mi alrededor, era hermoso y si lo describo dejaría de serlo en mi mente. Ayer fui muchas cosas que quiero compartirte, no sé si por eso desperté contigo en mi cabeza, aunque no sé siquiera si querrás saberlas.