Mi vida se ha vuelto un poco monótona.
Te extraño... Mi cuerpo te llama, mi piel, mi cerebro, mi olfato. Todo te busca y se agota de buscarte.
Nunca nadie se me hizo tan crucial como tú, nadie me ha hecho lo que soy como tu. Mi pecho y mis ojos te reclaman con vehemencia y mi vida está hecha pedazos sin ti.
Nunca he sentido tanta alegría de escucharte como anoche... Te llamé y mi cuerpo vivió otra vez, escuchar tu voz un poco ronca, tú risa cansada. Te has vuelto la luz de mi vida y quizás no me creas, o quizás crees que no soy la única, o incluso no crees nada. Todo es válido.
Todo es difícil para esa relación, parece una tormenta de pruebas, de obstáculos y nunca quise superarlos todos como contigo.
Te deseo, te quiero, te adoro, te amo.
Poco a poco mi sentimiento crece y crece. He llorado por tu ausencia tantas veces como tu te has frustrado por las mías. No sé si aguantarás. No sé si aguantaré.
Sólo sé que te has vuelto mi pilar y sólo quiero abrazarte y engancharme como un koala y no soltarte. Tanto como odias que lo haga a mi me encanta olerte y no despegarme de ti. Suelto una lágrima tras otra por ti. Porque sé que la situación ntre nosotras te tiene cansada, sin contar tu situación actual. Yo me agoto, pero más me agota la cantidad de cosas que me impiden escucharte. Te amo y todo tu cuerpo lo sabe más que yo.
Porque te lloré y te humedecí los hombros durante horas. Porque cada segundo me dolía hasta los simientos. Entiendelo y calalo poquito a poco como sólo tú sabes hacerlo. Te amo.
Detesto que lo leas en esta letra, en esta página medio clandestina que está llena de mi vida, pero odio tener el miedo de tu reacción, constante en mi pecho, querer decirlo y no poder hacerlo. Para mi siempre han sido fácil las letras y más difícil hablar algunas cosas, pero hoy tomo el camino fácil porque estas semanas han sido imposibles para hablarte de lo que siento. Te amo.